¿Cuántas veces nos sentimos tan vulnerables ante el azar?
Cuantas veces nuestra cordura se queda abrumada frente a nuestra insignificancia en el tiempo.
Cuantas veces tras la penitencia sólo obtenemos silencios.
Nuestras arrugas gritan lo que creímos superado, señalando a los emisarios de los ausentes que insistentes retornan.
¿O es que son compañeros impertinentes que nos negamos ver?
Las despedidas al amanecer, las flores marchitas sobre la mesa. Los escalones golpeando a mi hija.
Los ciclos fabricados que no son siempre continuos.
Y la imagen de mis padres junto al cadáver de su mayor hija,
Y los padres de mi esposa bajo el mismo cuadro.
No logro entender.
Me aterra la posibilidad de esa herencia.
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Sonido:
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3 comentaron:
y quién logra entender,
cuando hay cadáveres de por medio?
buenisimo el post amigo...
me encanto el video...
encantada de volver a visitarte...
saludos...¡¡
Muy bueno!!, definitivamente aterradora es la herencia.
Mar de copas lo maximo!!!
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