Una bitácora de viaje, una estación necesaria.
Proyecto a modo de espacio en que puedo sacar, con dibujos y frases, a los demonios que tengo dentro.


Edmer Montes - Ojo de Cuervo





Escritos para dentro de una botella

sábado, 25 de septiembre de 2021


 

Correr nadar gritar y furia furia furia. Luego el limbo, blanco y frio del encierro. Y luego furia otra vez. Luego solo eso. Ojos en llamas, dientes chirriantes y ejercicios contra la pared. Peleando con mi sombra. La escupo, la golpeo y mis puños sangran y dejan huellas rojas en el muro y el guardia se exalta y el castigo es el exilio dentro del exilio, vacío, la nada, la mierda y la muerte que arrasa los sueños rotos que susurran detrás de la muralla de hielo. Del otro que llora, de los otros que se lamentan, de las esperanzas molidas y vomitadas. Ellos sollozan. Yo solo trato de asesinar a la bestia, no…, de domar a la bestia que quiere estampar mi cabeza contra el piso, fracturar mi nariz por tercera vez. Me río de él con una mueca y el guardia duda de mi cordura. Junto a la bestia destruí todas mis esculturas y desojé mis bitácoras al viento para perderlo todo, para incendiarlo todo antes de llegar hasta aquí. Yo también dudo de mi cordura. Esa manía de mutilarme en piezas y destruir el único refugio que pude construir. Un castillo de naipes cuya reina sin trono, cuya princesa si rostro devoran mis entrañas. Y yo mirando al fantasma de lo que no pude ser.  

Elegiré la furia antes del llanto, un solo de guitarra cual blasfemia, ser la herida que no sana de la misma tierra. Caminante de madrugadas en una tierra extraña. Una copa siempre llena.

Solo, solo, siempre solo, recibiendo con una sonrisa el puñal inevitable del silencio.

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