Una bitácora de viaje, una estación necesaria.
Proyecto a modo de espacio en que puedo sacar, con dibujos y frases, a los demonios que tengo dentro.


Edmer Montes - Ojo de Cuervo





ACTÚA

viernes, 17 de abril de 2015



“El mensaje de la imagen NO es literal” – le respondo a mi alumno que vio pegado por allí mi stencil de una bomba molotov con el texto “ACTÚA”. - , “no digo que empieces a quemar la cuidad o a los policías. A mi bomba molotov tómala como un símbolo de resistencia, de indignación, símbolo de una juventud (y pueblo) pensante que NO está adormilada o embrutecida como piensan muchos políticos y autoridades. Lo que quiero decir es que salgas de ese letargo y actúes: en las calles, en tu trabajo, en el barrio. Indígnate, haz el cambio”.

Ese mismo viernes, unos alumnos me piden permiso para faltar a mi clase de hoy lunes: “nos vamos a la marcha” me dicen. Les recomiendo que tengan cuidado y les doy algunos alcances para no salir lastimado. Uno de ellos me pregunta: “¿Profe, usted marchó contra el Fujimori no?”.
Lanzo una sonrisa cómplice: “Revisare sus tareas el miércoles. Vayan con cuidado.
Voy hacia el paradero del Bus y escucho a una alumna decirme “hasta el lunes Tánatos”.
Sonido



Déjà vu

jueves, 16 de abril de 2015




Le dicen genio y los cuarentones están gritando su música a raudales en el bar. Le dicen genio pero sólo piden y corean sus canciones de los 80´s. Fue un gran músico, pero ¿genio?…. mmmmm.

Un tío que está solo en una mesa y que murmura las canciones para sí, lanza una mirada solemne, casi altiva, a las vedettes de saco y corbata que chillan como plañideras por su rey muerto. ¿Qué diablos hacen en este bar? Parece preguntarse.


Termino mi trago y guardo mis apuntes de esta noche, entre ellas una supuesta caricatura de Cerati y otra la del tío solitario. Camino hacia la salida y lo veo encender un cigarrillo. En su mesa veo una hoja con apuntes y bocetos.
Un viento helado parece anunciarme un futuro Déjà vu.


Sonido

Desnudo

martes, 14 de abril de 2015



Haciendo una monografía en mis años de estudiante transcribí esta historia en un papel periódico. Estos días lo encontré y me recordó la vergüenza adolescente de mi primer desnudo.

"Ella posa para mi acostada, un desnudo blanco se redondea. Avanzo tímidamente. Lo confieso, era la primera vez que veía un desnudo.
Aunque fuese casi mi prometida, me daba miedo acercarme a ella, ponerme más cerca, tocar aquel bien. Como plato expuesto ante tus ojos.
Hice un boceto y lo colgué en la pared. Al día siguiente entro mi madre y vio aquel boceto.
- “¿Qué es esto, qué es esto?”
Una mujer desnuda, los senos, las manchas oscuras. Tuve vergüenza; ella también.
- “¡Quita de ahí a esa muchacha!” dijo
-“¡Mamita! Te quiero demasiado. Pero… ¿nunca te viste desnuda? Yo miro y no hago más que dibujarla. Eso es todo”
Pero obedecí a mi madre. Quite aquel cuadro y en vez del desnudo hice otra pintura. Una procesión."

Marc Chagall - Mi Vida, 1922.


Sonido

Solo... naturalmente.

miércoles, 8 de abril de 2015




Ingreso al aula y siento que las miradas se posan en él. Se pone nervioso y comienza a rechinar los dientes, me acerco a su lado y cae de bruces desde su carpeta. La ambulancia lo encontró con los puños rígidos y a su padre devastado. Intento de suicidio por pastillas.



Hablaron los alumnos, el padre, los paramédicos y sale a la luz los prejuicios y las vergüenzas: Nadie hablaba con él, no tenía amigos ni tenía novia. Se matriculó solamente en mi curso, pero asistía puntual a las otras clases junto al grupo. ¿Qué chico prefiere estar en un aula que en su casa?

Recojo su bitácora que está llena de sus personajes y trato de darle otro tipo de mirada. Después de todo tienen cierto sentido sus trazos. Criaturas de alas cortadas parecen buscar a la madre ausente, sus guerreros medievales crean un ejército. Y se veía héroe, y se veía inmortal. Y aquel gigantesco Dragón, imponente y prejuicioso, ahora lo acompañaba dentro de una ambulancia.

Ese día no se quedó en casa después de tomarse las pastillas, se presentó a mi clase. Lo vieron caminando torpemente camino al instituto. Pararse en cada piso para retomar las escaleras. Sentarse en su carpeta casi dando tumbos. Ese día lanzó una clara llamada de auxilio.

Luego de un par de semanas de incertidumbre el guerrero regresó del inframundo. Volvió al aula y supo que lo cambió todo: conversan con él pero respetan su privacidad, nadie publica nada en la red, hay un ambiente de hermandad entre ellos. Una durísima lección para los chicos…para mí.

Un día antes del incidente, me preguntó al terminar la clase: “profe, ¿tienen un momento?”… Son las 11 de la noche, pensé, y con 2 horas de viaje para regresar a casa. “¿tiene un momento?”, insiste, “SOLO UN MOMENTO PROFESOR”.
“Ok”, le dije. Me pregunta cosas técnicas y le respondo rápidamente, divaga y me impaciento, lo nota y se despide. Sentí sus palabras mudas en la nuca. “Mañana hablare con él”, me digo, “se lo compensaré”.




Sonido

Sed de Sed

viernes, 3 de abril de 2015



“Sed de sed” canta el flaco en una rockola de impertinentes luces. Junto a una mesa vacía miro las botellas a medio tomar y cigarrillos devenidos a cenizas. En medio de la ruta éste bar con su raído aspecto me llama.
Pido dos botellas y enciendo un cigarrillo. 
Dejo la inmensa bitácora en la mesa y varios pinceles manchados. Voltean las miradas al extraño que se sienta solo, “qué carajos se cree” murmura el "niño bonito". Un bar ajeno… un bar ajeno, manía de causarme problemas. 
Pero el olor me es familiar, la fauna siempre es la misma. Ninfas trasnochadas cual zombies ávidas de carne me sonríen, pero sólo las billeteras egocéntricas las calman, en ese caso me limito a mirar.
Saco el examen de mi alumno más aplicado y en el reverso comienzo a dibujar. La camarera me enciende el cigarrillo y me hace una señal de complacencia al ver los dibujos. Le regalo uno. Observo que el tipo de la barra cambia de humor cuando se lo enseña. En las pantallas un extracto de “The Wall” hace que cante y me pierda en mí. Pido una botella más, pero esta vez es un varón quien me lo trae. Me acomodo en mi silla y le hago una señal de salud a la camarera. Ya es media noche, pienso, y es un jueves cualquiera.

Sonido

5 años después.

miércoles, 1 de abril de 2015



5 años que no publicaba nada por aquí. Trato de retomar la palabra como parte de lo que creo que es mi arte, mi vida. Trato y estos tiempos llegan a ser esquivos. Me rodeo de esculturas inconclusas, proyectos que se cubren de polvo. La inmediatez de lo cotidiano me deja sólo cortas noches de creación en ese taller que visito al salir del trabajo. En ese taller donde hay unos ojos de cuervo observándome cada noche.

Pero esas noches son mías. Por cortos minutos viejas leyendas me acompañan a través de su música, sus imágenes y formas. Y con una copa de vino charlamos sobre nuestras muertes y resurrecciones. De nuestras orfandades.

Poetas locos, pintores solitarios, lobos esteparios. Compañeros sin tiempo que miran sobre mis hombros los dibujos y los textos que dejo en mi mesa cada madrugada.

En ese taller siento que aún no me derrotaron.
Siento que aún es posible.


Sonido