Haciendo una monografía en mis años de estudiante transcribí esta historia en un papel periódico. Estos días lo encontré y me recordó la vergüenza adolescente de mi primer desnudo.
"Ella posa para mi acostada, un desnudo blanco se redondea. Avanzo tímidamente. Lo confieso, era la primera vez que veía un desnudo.
Aunque fuese casi mi prometida, me daba miedo acercarme a ella, ponerme más cerca, tocar aquel bien. Como plato expuesto ante tus ojos.
Hice un boceto y lo colgué en la pared. Al día siguiente entro mi madre y vio aquel boceto.
- “¿Qué es esto, qué es esto?”
Una mujer desnuda, los senos, las manchas oscuras. Tuve vergüenza; ella también.
- “¡Quita de ahí a esa muchacha!” dijo
-“¡Mamita! Te quiero demasiado. Pero… ¿nunca te viste desnuda? Yo miro y no hago más que dibujarla. Eso es todo”
Pero obedecí a mi madre. Quite aquel cuadro y en vez del desnudo hice otra pintura. Una procesión."
Aunque fuese casi mi prometida, me daba miedo acercarme a ella, ponerme más cerca, tocar aquel bien. Como plato expuesto ante tus ojos.
Hice un boceto y lo colgué en la pared. Al día siguiente entro mi madre y vio aquel boceto.
- “¿Qué es esto, qué es esto?”
Una mujer desnuda, los senos, las manchas oscuras. Tuve vergüenza; ella también.
- “¡Quita de ahí a esa muchacha!” dijo
-“¡Mamita! Te quiero demasiado. Pero… ¿nunca te viste desnuda? Yo miro y no hago más que dibujarla. Eso es todo”
Pero obedecí a mi madre. Quite aquel cuadro y en vez del desnudo hice otra pintura. Una procesión."
Marc Chagall - Mi Vida, 1922.
Sonido
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