Van Gogh en Atenas

Dejo el cincel a un lado y me dirijo desde mi taller a la biblioteca. Paso junto a las esculturas griegas (copias sacadas del original nos dicen) que adornan La Escuela Bellas Artes, y una escena surrealista me detiene: bajo las imponentes alas de la Victoria de Samotracia, un grupo de alumnos debaten sobre el arte de Vincent Van Gogh, todos con rostros preocupados, cigarrillos a montones y fotocopias que transforman libros en todo un best seller, mientras que apoyado sobre la base de una Cariátide un autorretrato de Vincet los mira extrañado. Época de exámenes

En clase estudiamos las 3 grandes ideas que transformaron el arte y pensamiento en la Antigua Atenas: Humanismo, Idealismo y Racionalismo. Hemos investigando al respecto para el tan mentado examen, pero sólo una inusual pregunta entre las diez logra atraparme, una interrogante que estará presente, constante durante toda la prueba.

En el Humanismo ateniense es El Hombre el centro de todo. El hombre como parte de la naturaleza y eje de ella. Los atenienses humanizaron a sus dioses y así se divinizaron los hombres. El antiguo ateniense tuvo que vivir bajo las virtudes que representaban aquellos dioses.

(“¿Qué ideas o valores guía tu actividad creativa?”)

En el idealismo se tomaba con “mayor importancia a la idea o a la imagen mental” en relación a un modelo natural. El idealista representaba y buscaba la perfección inexistente: Trabajar para (nunca) llegar al estado de bienestar absoluto.

(“¿Qué ideas o valores guía tu actividad creativa?”)

Para el racionalismo, La Verdad era el objetivo supremo. Para conseguir La Verdad en todas las áreas (incluida las artes), hacia falta de criterios científicos, por lo que el racionalista recurrió a las ciencias exactas para encontrar el equilibrio en sus representaciones: “un comienzo, un medio y un fin (…) con toda la unidad orgánica de una criatura viva”.

(“¿Qué ideas o valores guía tu actividad creativa?”)

No recuerdo que tontería respondí en el examen respecto a esta pregunta, pero se me vino a la mente el autorretrato de Vincent bajo la escultura griega. Van Gohg en Atenas. Tratare de responderme ahora.

Las tres ideas desarrolladas en Atenas fueron el resultado del “libre ejercicio de las facultades racionales del hombre” (preciosa frase) que una sociedad entera incentivó a sus habitantes como principio de vida y eje de gobierno. Y es la libertad o la búsqueda de ella, la que hace al hombre cuestionarse como individuo y que a su vez cuestione su realidad. Pero esta empresa, no solo como bien social sino también como opción de vida, es un persistente devenir, ya que esta Libertad conlleva a la responsabilidad de presentarnos vías alternas en medio de un gran vacío.

Pero ¿como encaja la idea de libertad en mi desarrollo como artista en el Perú? Si tengo que lidiar con el mercado, el sistema político, medios masivos, sistema educativo y sobre todo la comunidad artística peruana. ¿como encaja la idea de libertad si estoy inmerso en un medio tan cuestionado y subjetivo?, ¿Es necesario hacer concesiones con este medio?, ¿Impartir hachazos cuan bárbaro medieval en una guerra de egos? ¿Ser esclavos de éstos? Y más aun, ¿me interesa realmente estar en una guerra que ya no la siento mía?

¿Hacia donde apunta mi libertad?, Vincent Van Gogh le dice en una carta a su hermano Theo “Se dice – y así lo creo yo- que es difícil conocerse a uno mismo, pero tampoco es fácil pintarse a uno mismo. En este momento trabajo en dos autorretratos, a falta de modelo, me pinto a mi mismo”. Vincent vendió solo un cuadro en vida y sólo ahora se le considera como el genio que fue. Pero la ironía no queda allí: su cuadro Portrait du Docteur Gachet se vendió a mas de 82 millones de dólares. El vivió y murió en la miseria.

Julian Schnabel en su película “Basquiat” pone en boca de uno de sus personajes una poderosa frase: “La historia del arte es una disculpa a la vida de Van Gogh”. Vincent estuvo preso de su locura y cada uno de sus últimos cuadros fue una batalla por su sanidad, su constante lucha con los colores fue por su libertad; furiosas pinceladas cuan espadas en duelo. Vincent Van Gogh venció: que más liberador que una bala en su momento mas lúcido.

El arte te atormenta, te satisface, y te duele. Producirlo ya es un acto de libertad, depende de ti que hacer con ella.

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