Mayo a medianoche y
ella vuelve a casa, la cenicienta del vestido raído en un reino en escombros.
La veo sentada en el bus y con la mirada
le doy gracias por el beso furtivo, por la complicidad del vaso de alcohol en
el bar de mala muerte. Le digo adiós y ella siente que su rostro reflejado no
es el suyo.
No la volveré a ver.
Ofelia se impone en nuevos dominios.
No la volveré a ver.
Ofelia se impone en nuevos dominios.
sonido
.
0 comentaron:
Publicar un comentario