Apachido en la espalda de mi madre, ella trabajó para construirse
una escalera para cuando quiera bajarse la luna. Apachido en la espalda de mi
madre sus arrullos fueron cantos de lucha en un medio hostil. Ser mujer pobre
en los andes, ser mujer nada más. Sus
proezas las celebró el viento, su tierra y un rezo. Y con sus sueños rotos creó
lanzas que nos protegió de monstruos, y con sus manos tejió los colores que cubrió
el gris de aquellos días.
Se construyó y subió escaleras al cielo, a las nieves, a los
rascacielos. Y se construyó unas alas para cuando su pueblo la llame y la abrace
en un canto infinito.
Aun la veo gigante, aunque su cuerpo ahora es su nuevo campo
de batalla. Y en su lucha diaria me abruma la fuerza de sus pasos, que es la
misma fuerza de las madres en un país que se desangraba, y de sus hijas que aún
se indignan y no callan. La fuerza de una mujer que desde su trinchera
generó el cambio sin saberlo.
Y hoy la celebra mis trazos, que siempre serán los suyos.
sonido
FLOR PUCARINA - AYRAMPITO (Huayno)
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