Una bitácora de viaje, una estación necesaria.
Proyecto a modo de espacio en que puedo sacar, con dibujos y frases, a los demonios que tengo dentro.


Edmer Montes - Ojo de Cuervo





Aún el niño está allí

sábado, 18 de octubre de 2025


 

Aun hay dentro de su pecho un púlpito resguardado en su corazón, un lecho en silencio lírico del niño en acuarela. Canta quedo para sus adentros. Tímida voz. Ópalo místico.

Nadie sospecha que aún vive acurrucado entre hojas de coca y pétalos de cantutas, olvidado por los cánticos adultos.

“Permutas la flor por el brillo efímero” reclama. Y se arrepiente.

El aún niño está allí.

Abre un camino circular que sobrepasa el rio de la frontera, la jaula fría y las cadenas en las muñecas. Se cubre de su bandera y recorre las infinitas dunas: es la hoguera de todo lo planeado, de todo lo soñado. Cenizas grises de tiempo consumido.

Teje arrugas en su piel.

Pero el niño resiste. Le llama. Le escucha.

Y entre el amasijo de lo que fue su pálpito lecho se ve puro. Y entre sus pequeñas manos una  bitácora que es cobijo.

Corre hacia él y lo abraza. “No era justo que te dañaran así” le consuela.

Las manos cuarteadas están sanas ahora.

“Volvamos a casa – le dice- “a la patria grande.”

Los pinceles resuenan en sus trazos, cubren sus canas de colores.

 “El sueño no muere, tiene la fuerza de romper las fronteras” sentencia el niño.

Van de camino a casa, aunque saben que ya no los recuerdan.

sonido