Estruendo paso mal paso, estruendo error para sí. Eres la musa
de los recuerdos idos. Eres lo que evoco en mis días de horas crueles, un tras
de otra, constantes. Retengo tu boca del
labio partido en medio de un grito apagado que se torna sin fin. Quiero escapar
de estas noches. Pero amanezco cada mañana con lo que dejaste para mí.
Un pendiente sobre la almohada, un retrato dibujado de
memoria y una dedicatoria que no quisiste leer.
Es todo lo que me queda.
sonido
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