Tanatos sin rumbo cae en medio de una calle oscura a tomarse
un trago. No quiere llegar a casa.
El Bar no tiene carteles o aviso alguno. Solo una anciana somnolienta
que vende cigarrillos demarcas extrañas. Compra uno. No lo enciende.
Pide algo de beber y le traen una botella de aspecto dudoso.
Se lo toma.
Saca unas hojas y empieza a sacar la mierda que lleva
contenida. Llena una, dos, tres hojas como un poseso. La vorágine en medio del
ojo de cuervo.
Boleros añejos permutan con huaynos dentro de una rocola de
sobrecargadas luces. Los destellos que enceguecen y el sonido de un vaso al
caer lo sacan de sus cavilaciones. Pierde el hilo de las palabras.
Enciende el cigarrillo sin filtro y el humo le golpea el
cerebro entero. Observa el bar y nota que las sillas y las mesas no tienen
ninguna relación de diseño entre sí. Como él, es parte de un todo desechado.
Suena Chacalón en los parlantes y todos corean al unísono. “ya
no puedo más, me hace daño tu desamor. Yo estando lejos quizás tengas paz. A
este amargo amor… a este amargo amor”.
Tanatos se da cuenta que todo lo que haga nunca igualará esa
fuerza coral que hace explotar el bar. Del grito espontaneo al ídolo de quienes
fuimos invisibles.
Toma un sorbo y ve a través del vaso su verso deformado. “Tu
cuerpo en manos ajenas, moldeando gemidos que debieron ser míos. Cama sucia violentando
el nido”.
Coge las hojas escritas y las arruga y las rompe y las
golpea una y otra vez contra la mesa. “¡Es basura, todo esto es basura!!!” grita.
El barman se acerca a él. Las miradas retadoras lo cubren. “hace
años que no me bato a puños con alguien” piensa.
Aun no quiere volver a casa. Aún tiene mucha mierda dentro. “Este
amargo amor” susurra.
Da el primer golpe.
sonido
CHACALON - ESE AMARGO AMOR
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