Renton viajaba por un
día perfecto en una pésima pantalla de 14 pulgadas y un VHS viejo, mientras me
preguntaba quien carajos es este tío que le canta al infinito viaje de un
yonqui.
Odiando la academia con mi uniforme escolar recién expectorado y ojeando fanzines en el jirón Quilca, tenía en la casetera aún el ruido de los noventas. Si bien no tenía dinero para comprarme un puto par de zapatillas me las ingeniaba para tener una buena cantidad de música, y ese pasaje de libreros viejos junto a pelucones psicóticos de negro siempre fueron mis cómplices musicales. Y lo encontré allí, el tío del sonido extraño asomándose en una pila de cassettes de música que aún no conocía. Pague unas monedas y me fui a casa. Esa noche, con Warhol en la carátula, tuve un viaje astral.
“Reed abrió una puerta y me invitó a tomarme unos tragos junto a toda la fauna de extraños sonidos y actitudes, un trago junto a Bowie y el flaco Pop. Lanzándonos las botellas incendiamos un Zepellin en mi habitación que se quemó junto a mis dibujos y mis prejuicios, y al elevarme junto al humo me fui viajando al lado oscuro de la luna. Miraba al viejo Lou cagándose de risa y seguía invitando a los locos viajeros a mi habitación. Lo vi manoseando a la dulce Jane mientras yo la pintaba de colores. Y me vi artista y me vi Stone. Me vi trasmutado entre heridas que aún no puedo ni quiero sanar”
Fue un viaje que duró 17 años, pero este día de 17 años se acabó y Reed cierra la puerta al salir. La pasamos bien tío, “Just a perfect day” viejo Lou.
Odiando la academia con mi uniforme escolar recién expectorado y ojeando fanzines en el jirón Quilca, tenía en la casetera aún el ruido de los noventas. Si bien no tenía dinero para comprarme un puto par de zapatillas me las ingeniaba para tener una buena cantidad de música, y ese pasaje de libreros viejos junto a pelucones psicóticos de negro siempre fueron mis cómplices musicales. Y lo encontré allí, el tío del sonido extraño asomándose en una pila de cassettes de música que aún no conocía. Pague unas monedas y me fui a casa. Esa noche, con Warhol en la carátula, tuve un viaje astral.
“Reed abrió una puerta y me invitó a tomarme unos tragos junto a toda la fauna de extraños sonidos y actitudes, un trago junto a Bowie y el flaco Pop. Lanzándonos las botellas incendiamos un Zepellin en mi habitación que se quemó junto a mis dibujos y mis prejuicios, y al elevarme junto al humo me fui viajando al lado oscuro de la luna. Miraba al viejo Lou cagándose de risa y seguía invitando a los locos viajeros a mi habitación. Lo vi manoseando a la dulce Jane mientras yo la pintaba de colores. Y me vi artista y me vi Stone. Me vi trasmutado entre heridas que aún no puedo ni quiero sanar”
Fue un viaje que duró 17 años, pero este día de 17 años se acabó y Reed cierra la puerta al salir. La pasamos bien tío, “Just a perfect day” viejo Lou.
27 de octubre de 2013
sonido
0 comentaron:
Publicar un comentario