Ella juega con una envoltura de caramelo en su bolsillo. El
sube al tope el cierre de su chaqueta por el frío. Ella cierra los ojos al
escuchar la melodía que estruja sus ánimos. Él mira al otro lado para despedirse
del día, esa misma melodía es cantada por la rojez de las nubes. Suena un coro.
Es la canción en estéreo que pausa la ciudad. Un segundo desdoblado en universos
paralelos, que encuentran el punto de coalición entre los acordes que viajan en
el espacio, entre sus cuerpos pausados en una calle caótica. Fue ese momento en
que el caos mostró su rostro calmado, el dúo pálpito de sus corazones pronunció
su nombre. Se guardó ese instante para sí. Volvió a su sin razón.
Nunca lo supieron, pero fue la armonía perfecta que el
universo les ofreció.
sonido
Satelite Menor - poderes fácticos
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