Termine una bitácora más.
Revisé el estante donde los guardo todos y encuentro un pequeño
cuaderno con este dibujo del invierno del 2013. Leo: “Las rutas no se reciclan, ya no
hay marcha atrás”
Mi amigo músico Elmo Laderas tocaba esa noche esta canción
en nuestra mesa en el bar de Artemio en Quilca.
Nos reuníamos cada viernes: Locos poetas, intelectuales desheredados, nihilistas
del arte. Cada uno dispuesto a incendiarse como un monje budista por su libertad.
Amigos entrañables que en realidad son, sin saberlo, mis maestros.
“Las rutas no se reciclan…” y lo sé, por ello ando dibujando
en clases, en los bares, en casa. En medio de la cena o en cualquier descanso.
Son huellas, son cicatrices. La ruta que he decidido tomar. Y no me arrepiento.
Esta tarde pasare por la librería, un nuevo viaje inicia.
sonido
1 comentaron:
Tu ruta la seguimos desde tiempo ya, desde lejos en Francia y sin decirlo, te admiramos, justamente por esa ruta tuya. Un abrazo. Elo e Ivo.
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