Piensa en la muerte. En su mensajero vil que
es la agonía.
Cuando tomes una navaja, al cortar un trozo de
carne. Cuando le des la espalda a un desconocido.
Piénsalo. En la habitación oscura, en los
muchos silencios. En el aliento último cuyo hálito te llevará a la nada.
Piensa en la muerte. En su mensajero vil que
es la agonía.
Cuando dejes la penitencia y que, al terminar
el rezo, no recibas respuesta.
sonido
Mozart Requiem 05. SEQUENTIA: Rex tremendae majestatis
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