Frente a un sol marchito que se alista a partir, ella piensa
en océanos vestidos de espuma. La mar que baila y ruge. Las historias de
navegantes y criaturas gigantes hicieron destellar sus ojos Se acurruca
esperando la noche.
El horizonte de tierra infértil que evaporó lágrimas esta
quieta como siempre, inmutable. Sobre su espalda ella duerme y le hace añorar nuevamente
el navegar en lo inmenso, en lo basto. Hoy quiere mirar otro tipo de infinitud.
La sostiene como nunca sostuvo a nadie. Su dócil respiro son
olas constantes que regalan nostalgias a las constelaciones. Dejaron de preguntar a las estrellas por mundos nuevos. Ya nadie escucha sus
susurros titilantes
sonido
Vangelis - Light and Shadow
0 comentaron:
Publicar un comentario