Pregunta a los aires las voces de antaño, quiere oír los
ecos que contienen memorias que viajaban arrullando amores latentes y lamentos
olvidados.
Su voz es la única que habita ahora. “Déjame flotar como pestañita
después del llanto. Viajar hacia el inmenso gris que suelen mirar” pide Lía Mía.
Y canta una vez más y percibe su voz viajando sobre el llano.
-“Hubo quienes conquistaron los aires” dijo el espectro. Y recordó
majestuosos seres navegando entre nubes. Y pequeñas plumas incendiándose por
millones que cubrieron el grito de la luz para siempre.
-“¿seres como yo?” preguntó la niña.
-“si, seres como tú. Compartes sus mismos deseos de vuelo,
de sueños. Y también tienen el mismo fuego musitando grandezas.”
La niña corre y siente el viento en el rostro. Hay un calor
dentro de ella que la inquieta.
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