A Mía Lía la cubrieron con la
piel del cachorro que fue asesinado por el hombre. Ella tenía frío y no hay
mayor cobijo que el recuerdo de la fauna amada, de la vida que se añora. Ella dormía
bajo la lluvia de un octubre que se quebró. Confundidos nos preguntábamos quien era. No hay
nada humano hace milenios ¿por qué ahora?
- “Es la sed de una hoja en
blanco.”
- “Es la noche infinita en una
nota inconclusa”
- “Ella es el amor sin un templo.”
Somos espectros sin alma y sin tiempo, testigos de la extinción de la carne. Ahora cuidamos los primeros pasos de la nueva vida.
sonido
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